ALASTAIR MAGNALDO
Empecé a capturar paisajes a los 20 años, antes de rendirme, insatisfecho, pero inyectando ficción apuntamos al tiempo humano, rápido, representado por el tren y descaradamente impuesto a los animales...
ALASTAIR MAGNALDO
Para Alastair Magnaldo, un paisaje se extiende mucho más allá de su estricta representación, es una invitación. En este sentido, se esfuerza por hacer de sus fotografías una invitación al sueño y la poesía. Se inspira en los sueños de los niños, en su frescura y su falsa ingenuidad para crear un universo propio.
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Entrevista
Tus obras son a menudo mágicas, como un mundo de cuentos de hadas. ¿De dónde viene tu inspiración?
Cuando era niño, siempre inventaba cosas, solo por el placer de sentirme diferente e independiente de casi todo. Así que inmediatamente me enamoré de los surrealistas. Para mis fotografías, solo agregué un toque de poesía y de emoción de mi infancia francesa. Me inspiro a diario en la belleza que nos rodea, pero vista a través de los ojos del niño que sigo siendo.
¿De qué clase de mundo habla tu serie "A Small World"? ¿Nos lo puedes describir?
"A Small World” representa escenas de paisajes desde un punto de vista tierno y lúdico. Con esta serie intento mostrar cómo la naturaleza limitada, de nuestro mundo y de nosotros mismos, está en contradicción con nuestra imaginación aparentemente ilimitada. La imagen del paisaje, por tanto, no es el final sino el comienzo de un proceso, para introducir los sueños en el ámbito de lo ordinario.
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